Alcalá del Júcar

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El pequeño pueblo de Alcalá del Júcar creció alrededor de una fortaleza musulmana del siglo XII, aunque el puente romano que cruza el río Júcar añade una sensación aún mayor de historia. A lo largo de los siglos, muy poco cambió en el pueblo: el castillo recibió una renovación en el siglo XV, la iglesia parroquial se construyó en el siglo XVI, y el puente tuvo que ser reconstruido en el siglo XVIII. Hoy en día, el pueblo todavía rezuma tradición, y trabajar tu camino por las empinadas y estrechas calles es como caminar hacia el pasado. Como recompensa por hacer el esfuerzo de subir hasta el castillo, te recompensan con vistas vertiginosas sobre el pueblo y la garganta. En el camino, seguramente verás señales que te invitan a entrar en varias de las casas-cueva tradicionales del pueblo, algunas de las cuales se han convertido en bares y restaurantes, lo que las convierte en un lugar fresco para tomar un descanso, ya que mantienen la misma temperatura durante todo el año.