Baracoa

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El conquistador español Diego Velázquez de Cuéllar fundó Baracoa en 1511 como el primer asentamiento de España en Cuba y su capital original. Sin embargo, la ubicación remota de Baracoa la dejó como un puerto aislado que se especializaba en tratos en el mercado negro. Después de que los tratos de contrabando se agotaron, Baracoa se convirtió en un humilde pueblo agrícola al que solo se podía acceder por mar hasta la década de 1960. Pero es precisamente esta combinación perfecta de rica historia, impresionantes alrededores naturales y aislamiento lo que ha convertido a Baracoa en el pueblo más atmosférico de Cuba. Camina por las estrechas calles empedradas desde el Fuerte La Punta hasta la Fortaleza Matachín, y encontrarás elegantes mansiones e iglesias coloridas, incluida la Catedral donde Enriqueta Faber, una mujer francesa que se hacía pasar por hombre para poder ser médica, se casó con una heredera local en 1819. Asegúrate de subir al Castillo de Seboruco para obtener la mejor vista del pueblo. Si te quedas un poco más, busca justo afuera del pueblo playas idílicas y uno de los parques nacionales más importantes de Cuba.