Basílica de Nuestra Señora de la Espina

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Comenzada en 1405, la construcción de la Basílica de Nuestra Señora de la Espina duró hasta 1527. La fachada presenta excepcionales gárgolas y una maestría en la talla de piedra. Sus dos torres son de diferentes alturas porque la aguja izquierda fue modificada para permitir la instalación de un telégrafo en 1798. En el interior, los visitantes encontrarán varias estatuas excepcionales, como la Virgen venerada del siglo XIV, la Virgen sentada del siglo XV y San Jacobo del siglo XVII. En la reja del coro, los visitantes encontrarán la estatua legendaria que dio nombre a la catedral. La tribuna del siglo XVI también es de interés, ya que, junto con ocho apóstoles, representa a siete dioses paganos.