Cabo Rachado

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Los cimientos del faro en Cabo Rachado se colocaron por primera vez mientras el país estaba bajo dominio portugués en el siglo XVII. 200 años después, se construyó una estructura más nueva y más grande sobre una base en forma de fortaleza. Aunque no puedes entrar en el faro, es el punto de partida para explorar el cabo. Puedes bajar a una de las varias playas secretas, o seguir un sinuoso sendero a través del bosque para ver a la tribu local de monos; solo mantén un ojo en tus pertenencias, ¡son audaces! Cabo Rachado es especialmente amado por los observadores de aves, que acuden aquí en primavera para ver a las rapaces migratorias hacer su camino de regreso a Japón, el norte de China, Siberia, Corea y Mongolia.