Castillo de Acquafredda

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Construido a finales del siglo XII, el primer dueño del castillo de Acquafredda fue Ugolino di Donoratico. Los fanáticos de la literatura podrían reconocer el nombre del Inferno de Dante. Mientras estaba a cargo de Pisa, Ugolina dejó que la ciudad se deteriorara hasta el punto de hambruna y disturbios, y finalmente fue encarcelado con toda su familia y dejado morir de hambre. Por esto, Dante puso a Ugolino en el círculo más bajo del Infierno, encarcelado en hielo con el hombre que ordenó su encarcelamiento. Después de Ugolino, el castillo pasó entre varios reinos y señores feudales, cayendo finalmente en ruinas alrededor del siglo XIX. Situado en un afloramiento volcánico, tienes que caminar casi 45 minutos para llegar al bastión interior. En el camino, pasarás por la muralla fronteriza, que una vez rodeó un pueblo, y la formidable torre de la cisterna que da nombre al castillo. Una vez que llegues al torreón, serás recompensado con fantásticas vistas, puntuadas por las ruinas de las fortificaciones.