Cetinje

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Ser un estado independiente en las fronteras del Imperio Otomano puso a Montenegro en una posición política estratégica, y como tal, todas las grandes potencias europeas tenían una embajada en Cetinje. Debido a esto, el casco antiguo tiene un estilo continental a mil millas de cualquier punto de referencia. La ciudad fue tomada por el Imperio Otomano en varias ocasiones, pero los lugareños siempre reconstruían, como puede atestiguar el Monasterio de San Pedro. En su interior se encuentran las reliquias de San Petar de Cetinje, uno de los ilustres patronos de la historia montenegrina. En un país que es un 70% ortodoxo ruso, este monasterio representa la sede espiritual de la nación. Cuando los comunistas trasladaron la capital a Podgorica en 1946, Cetinje se quedó con solo 9,000 residentes. Hoy en día, parece una cápsula del tiempo. La población ha crecido ligeramente, pero los edificios y las calles no se ven muy diferentes.