Colosos de Memnón

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Los Colosos de Memnón fueron construidos en 1350 a.C. por el faraón Amenhotep III para marcar la entrada a su templo mortuorio, una vez el templo más grande y espléndido de todo Egipto. Desafortunadamente, Amenhotep erigió su templo en la llanura aluvial del Nilo, y una sucesión de inundaciones y terremotos nivelaron el templo. Un terremoto en el 27 a.C. agrietó la base de la estatua norte, provocando un fenómeno inusual: por la mañana cantaba con un tono sobrenatural. Los relatos de este espectáculo se extendieron por todo el mundo grecorromano, atrayendo a turistas adinerados y académicos por igual. Desafortunadamente, en el siglo III d.C., el emperador Septimio Severo visitó las estatuas y no escuchó su canto, por lo que ordenó que se 'reparara' la estatua, lo que desfiguró su figura y la dejó muda. Aunque los Colosos de Memnón ya no son gemelos, estas estatuas de 3.400 años, respaldadas por montañas rocosas y el ocasional globo aerostático, son impresionantes recordatorios del antiguo patrimonio de Egipto.