Faro a Colón

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El Faro a Colón es el resultado de unos cuantos siglos de tira y afloja internacional sobre los restos de Cristóbal Colón, que vieron el cuerpo del explorador moverse de España a la República Dominicana, a Cuba, y de vuelta a España. O eso dicen los españoles. A finales del siglo XIX, un trabajador dominicano descubrió una caja de plomo inscrita con "Don Colón", el "Almirante del Mar Océano". Los dominicanos asumieron que los españoles se llevaron el ataúd equivocado en su prisa por salir del país en 1795. Pero tanto Cristóbal como su hijo Diego ostentaron el título en su vida, y ambos países insisten en que son los guardianes de los restos de Colón. Mientras España creó una elaborada tumba en Sevilla para su caja, la República Dominicana creó el Faro a Colón. En el corazón del complejo cruciforme de 688 pies de largo, una escultura gótica de 30 pies de altura cubierta de relieves que representan las aventuras de Colón muestra una urna de bronce ricamente decorada que contiene los restos del Descubridor. Junto con el mausoleo, un museo que abarca 50 salas presenta exposiciones y artefactos de más de 40 países conectados con el Descubrimiento Europeo de América.