Convento de Santo Ecce Homo

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Fundado por monjes dominicos en 1620, el Convento de Santo Ecce Homo es un ejemplo excepcionalmente bien conservado de la arquitectura colonial. Lo que lo hace único, sin embargo, son sus vínculos con la historia y la cultura local. Los suelos están pavimentados con piedras extraídas de canteras cercanas y están absolutamente cubiertos de fósiles, un guiño a la historia antigua de la zona. Mientras que el espléndido retablo se lleva la mayor parte de la atención en la capilla, echa un vistazo a las tallas de piñas, soles y lunas en el techo, o la calavera y las tibias cruzadas con un sombrero andino en la sacristía. La Sala Capitular se utilizaba originalmente para reuniones, pero hoy es un pequeño museo que exhibe arte eclesiástico, incluyendo un raro crucifijo que muestra a Cristo con los ojos abiertos.