Copala

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Copala fue fundada por los españoles en 1565 como una base para la extracción de los ricos depósitos de plata del área, y nombrada en honor a la mítica ciudad de oro que su fundador había estado buscando en el norte de México. La minería hizo de Copala uno de los pueblos más ricos de la región en el siglo XIX, pero la disminución de la producción, junto con la caída de los precios, casi destruyó su economía en el siglo XX. El pueblo ha sido en gran medida olvidado por la era moderna (ni siquiera tuvo electricidad hasta 1979), lo que lo convierte en un excelente lugar para pasear por el pasado. Las calles adoquinadas irregulares están bordeadas de casas de adobe de siglos de antigüedad, pintadas en colores vibrantes, y a menudo acentuadas con macetas desbordantes de buganvillas magenta. En la cima de una colina que domina el pueblo se encuentra su principal hito: la iglesia asimétrica del siglo XVIII, que es un hermoso ejemplo de arquitectura barroca colonial.