Gruta de Nuestra Señora de la Paz

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Como su nombre sugiere, la Gruta de Nuestra Señora de la Paz es un símbolo de la amistad que surge de un tiempo de inquietud. Según la tradición, la Virgen se apareció al Padre Jaramillo en un sueño y le pidió que creara una imagen de ella para aliviar las crecientes presiones políticas en un momento en que Ecuador luchaba por definir sus fronteras con sus vecinos. Se trajo una piedra del río Apaquí y fue tallada por el artista de Imbabura Daniel Reyes en una semejanza de la Virgen María. Ubicada en una cueva de piedra caliza de 150 metros de profundidad, con un río que la atraviesa, y decorada con estalactitas multicolores, la capilla es la única de su tipo en el país y quizás en todo el continente.