Jaén

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Comenzando como un centro para las caravanas árabes, la ciudad fue importante como bastión durante la Reconquista. Hoy en día, ha vuelto a sus raíces comerciales como la "Capital Mundial del Aceite de Oliva". En lo alto de la ciudad, la ciudadela mora aún se mantiene en pie y ofrece a los visitantes estupendas vistas de la ciudad y el valle del Guadalquivir. En el corazón de la ciudad, la catedral de Santa Iglesia del siglo XVI domina las casas encaladas. Albergada dentro de su monumental fachada renacentista con un friso gótico se encuentra el Santo Rostro, que según la tradición fue utilizado por Santa Verónica para lavar el rostro de Cristo. Todo el interior es una obra de arte, con la sacristía, la sala capitular, el coro y la capilla mayor siendo particularmente impresionantes. Como la ciudad es famosa por su aceite de oliva, sería una pena no probar un poco, junto con la gastronomía local, y hay muchas opciones alrededor de la catedral.