Ruinas de Labranda

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Las Ruinas de Labranda comenzaron como un sitio sagrado rodeado de plátanos orientales, y se convirtieron en el santuario sagrado de la dinastía Hecatomnida en el siglo IV a.C. A lo largo de los siglos, Labranda se construyó sobre una serie de terrazas artificiales y se utilizó intermitentemente hasta la era bizantina. Hoy en día, el sitio está bajo el cuidado del Real Instituto Sueco de Atenas, que lo ha excavado cuidadosamente y lo ha restaurado parcialmente. Parte de la carretera sagrada de 8 metros de ancho que conectaba Labranda con Mylasa todavía es visible, al igual que las puertas de entrada. De las casas desenterradas aquí, el llamado Edificio de la Ventana de Andron fue particularmente esclarecedor para los arqueólogos, ya que demostró que se usaban ventanas durante la era helenística. Aunque de la mayoría de los edificios solo quedan cimientos, el hierón se considera una de las estructuras mejor conservadas de esa época, y sus edificios inusuales presagiaban el estilo helenístico.