Spain
Los imponentes acantilados de este sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO no son formaciones naturales: son el resultado de siglos de operaciones mineras romanas.
En el siglo I, el imperio romano descubrió oro en las colinas verdes del noroeste de España. Utilizando una serie de siete acueductos, desviaron agua de los ríos cercanos a las colinas ricas en oro para perforar subterráneamente. Según Plinio el Viejo, los trabajadores pasaban meses en las minas, y muchos morían dentro de los túneles. ¿El resultado? Plinio estima que se extrajeron 20,000 libras romanas de oro por año a costa de aproximadamente 60,000 trabajadores. Después de dos siglos de trabajar en los depósitos, los romanos abandonaron el sitio, dejando atrás un paisaje devastado por su notable tecnología antigua.
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