Castillo de Liechtenstein

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Pero el período intermedio vio al castillo alcanzar su máxima extensión impresionante y ha permanecido como propiedad de Liechtenstein desde entonces. Bajo el príncipe Juan II, fue reconstruido como un museo que exhibía esculturas y valiosos relieves de su colección. Los arquitectos fueron escrupulosos en preservar y realzar la estructura original románica del castillo, con tanto éxito que hoy en día se considera uno de los ejemplos más raros y mejor conservados de un edificio secular románico en Europa. Grandes techos con vigas, gruesos muros originales, delicadas torres coronadas, la variedad ornamental de sus espacios interiores altamente elevados están divididos por arcos suavemente redondeados y el drama sensual de la escalera principal del castillo. La capilla del castillo es un deleite particular, un espacio consagrado y aún en funcionamiento construido por el fundador de Liechtenstein en 1130, con un significado especial gracias a una imagen en tiza roja, o 'sanguina', que representa la Crucifixión con María y San Juan.