Palacio de Ludwigsburg

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Originalmente planificado como un pabellón de caza para el duque Ludwig, cuando Ludwigsburg se convirtió en su residencia principal unos años después, planificó una expansión más regia. El resultado es el palacio más rico de la región, lleno de opulentos muebles que abarcan las épocas barroca, rococó y neoclásica. Cientos de piezas de arte y muebles auténticos de la época, estucos intrincados y frescos detallados muestran el estilo de vida lujoso de la élite europea. Sin embargo, la visita al castillo muestra más que muebles elegantes: los visitantes obtienen una mirada íntima a las vidas de los habitantes del castillo, desde el comedor sin ventanas de los sirvientes hasta el pasaje secreto del duque Ludwig a la habitación de su amante. Otro punto destacado es el teatro del palacio, que aún conserva su maquinaria original. El palacio también alberga algunos museos eclécticos, que van desde la porcelana hasta la moda de los siglos XVIII al XX.