Montenegro
Anidado entre acantilados escarpados y colinas pintorescas, este monasterio medieval ofrece hermosas vistas, arte antiguo y miel casera.
Construido al borde de una de las cascadas más hermosas de Montenegro, no hace falta decir que este monasterio tiene un entorno espectacular. El viaje hasta allí, a través de acantilados escarpados, profundos desfiladeros y curvas cerradas, instaura una apreciación de la belleza natural del país. Fundado en 1252, el interior del monasterio está cubierto de frescos que datan del siglo XIII y se utiliza como inspiración para los estudiantes de arte local. Los jardines que rodean el monasterio ayudan a mantener a los monjes autosuficientes, cultivando frutas y verduras y cosechando miel de coloridas colmenas. La fuente de agua fría ofrece refresco para los sedientos, y muchas personas se llevan una botella de agua llena con ellos.
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