Convento de San Carlos

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En el siglo XVIII, cuando los jesuitas fueron expulsados de América del Sur, los frailes franciscanos trasladaron su capilla a la pequeña ciudad de San Lorenzo y establecieron el Convento de San Carlos cerca del río. Añadieron un pozo, una casa para el monje designado y cuartos para los trabajadores de la propiedad. Después del arduo trabajo de los frailes, el convento fue habitado en 1796. Mientras los españoles intentaban mantener su ocupación en Argentina, comenzaron a estallar batallas en protesta. En 1811, José de San Martín escondió tropas dentro del convento, tomando por sorpresa una emboscada española. Durante la batalla, este convento también sirvió como lugar para ayudar a los soldados heridos. Esta batalla inició las muchas que estaban por venir para establecer la independencia de Argentina, lo que convirtió a este convento en una pieza importante de la historia argentina.