Santo Domingo

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Santo Domingo data de la época colonial, pero siguió siendo un asentamiento insignificante hasta mediados del siglo XX, cuando, debido a su ubicación geográfica, se convirtió en un importante centro de transporte que conecta varias ciudades del país. El rápido desarrollo moderno significa que la bulliciosa ciudad carece en gran medida de atracciones, incluso su catedral es una extraña estructura modernista. El bullicioso mercado vale la pena visitarlo, aunque solo sea para sumergirse en la vida cotidiana local. Sin embargo, fuera de la ciudad hay una serie de atracciones centradas en la naturaleza, incluidos cuatro bosques protegidos y la colina Bombolí, la única montaña en el área, coronada por una pequeña iglesia. En marcado contraste con el centro urbano, la reserva de 10,500 km² alrededor de la ciudad alberga a los últimos 3,000 miembros del pueblo Tsáchila, quienes dan la bienvenida a los visitantes para que aprendan sobre sus tradiciones.