Catedral de Solothurn

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Situada en lo alto de Solothurn, la brillante fachada de piedra blanca de la catedral, coronada con un frontón triangular, no puede evitar captar la atención de la ciudad de abajo. Originalmente operando como una iglesia colegiata, fue elevada a catedral en 1828 y se convirtió en sede episcopal y parroquia. Hoy en día, los visitantes pueden comenzar subiendo la escalera exterior, flanqueada por fuentes de estilo romano, y admirar la impresionante fachada antes de ingresar al edificio. Una vez dentro, la atención se dirige al altar mayor construido con mármol claro de Solothurn, así como al impresionante órgano arriba. Para aquellos que no temen enfrentarse a unos 300 escalones, vale la pena el esfuerzo de subir a la cima de la torre de 66 metros de altura. Los visitantes pueden ver varias campanas grandes de la iglesia mientras ascienden por la escalera, y son recompensados con una hermosa vista panorámica del valle y el campo circundantes una vez en la cima.