El Gran Teatro de Epidauro

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El Gran Teatro de Epidauro fue construido alrededor del 320 a.C. por el arquitecto Policleto el Joven. Alrededor del siglo II d.C., fue ampliado. Se estima que 15,000 espectadores podían caber en las 55 filas de asientos dispuestas en una pendiente natural. A pesar de haber estado completamente enterrado durante siglos, el teatro de Epidauro sigue siendo el mejor y mejor conservado ejemplo de un teatro griego clásico. Junto con su asombrosa simetría, el teatro se destaca por sus inigualables acústicas. Gracias a una ingeniosa ingeniería acústica, incluso los miembros de la audiencia en la última fila, a 60 metros de distancia, pueden escuchar los sonidos más suaves del escenario. De hecho, el teatro es tan bueno que acoge el Festival de Epidauro cada verano.