Wismar

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Wismar pasó a manos de Suecia tras la Paz de Westfalia en 1648 y permaneció bajo su dominio durante siglos. Durante este tiempo, la ciudad se convirtió en un centro de innovación artística y contribuyó al desarrollo de la arquitectura gótica de ladrillo en la región báltica. Hoy en día, los visitantes pueden disfrutar del resultado de este influyente período, incluidos sitios como la Casa del Archidiácono, la Iglesia de San Nicolás y una casa de partición conocida como el Antiguo Sueco. Estas estructuras se pueden encontrar rodeando el enorme mercado de la ciudad junto con las icónicas casas de picos de la región. La atención se centra fácilmente en el centro de la plaza del mercado, sin embargo, donde la Wasserkunst, una fuente de hierro forjado importada de Holanda en 1602, se erige como un punto focal. A solo un corto paseo de la plaza, los entusiastas del cine pueden aprovechar la oportunidad de tomar una foto con la Wassertor, una puerta de ladrillo que aparece en la película clásica de terror Nosferatu.