Bad Mergentheim

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Mencionada por primera vez en el siglo XI, Bad Mergentheim fue originalmente solo una residencia para los Condes de Hohenlohe. En el siglo XIII, la familia entregó la propiedad a los Caballeros Teutónicos, quienes la convirtieron en la sede de su comandante, lo que impulsó un rápido desarrollo. Durante siglos, la ciudad prosperó como una sede noble, con sus ahora famosas fuentes minerales que no se descubrieron hasta 1826. Con el agua de sulfato de sodio más fuerte de toda Europa, los visitantes comenzaron a acudir en masa a la ciudad para aprovechar sus propiedades curativas. En el corazón del encantador casco antiguo, los visitantes encontrarán la plaza del mercado, rodeada de edificios históricos y centrada en torno al Ayuntamiento del siglo XVI. La iglesia Minster St. John del siglo XIII está llena de frescos históricos que datan de los siglos XIII al XVI. Sin embargo, la principal atracción es el Castillo de la Orden Teutónica, que ofrece a los visitantes una mezcla de habitaciones ricamente decoradas e información sobre la legendaria organización.