Cueva de Baradla

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La enorme cueva de Baradla se extiende sobre la frontera con Eslovaquia y fue declarada monumento nacional en 1925. La cueva es tan grande que incluso tiene una cámara llamada la Sala de Conciertos, donde se realizan conciertos y se toca música durante los recorridos. No solo es enorme la cueva, sino que también es un caleidoscopio de colores: el techo es de exóticos tonos de rojo y verde, mientras que las estalactitas siguen ennegrecidas por las antorchas de los primeros exploradores. Hay muchas formaciones rocosas de piedra caliza que rodean las paredes. Los visitantes en grupos de turistas llevan su propia iluminación hasta la salida en el Lago Rojo, lo que mejora la increíble atmósfera. Pasa unos momentos de pie y contemplando en el Salón de los Gigantes para crear una experiencia inolvidable antes de seguir los pasos del hombre de la Edad de Piedra que habitó este vasto complejo de túneles, en lo que es una de las cuevas más asombrosas del mundo.